La NASA crea un cráter de 9 metros en un asteroide para estudiarlo

2022-07-23 06:01:53 By : Mr. Allen Seng

Imagen virtual de la nave Osiris-Rex de la NASA cogiendo una muestra del asteroide Bennu

La sonda OSIRIS-REx de la NASA excavó un cráter elíptico de nueve metros de longitud en el asteroide Bennu al recoger una muestra de material para traerla de regreso a la Tierra, según ha informado el equipo de investigación de la misión. Los resultados de los datos obtenidas en la maniobra de recogida del material se publicaron ayer en dos artículos presentados en las revistas Science y Science Advances, donde se informa que el asteroide es mucho menos compacto de lo esperado.

Bennu es un asteroide de tipo carbonáceo que orbita el sol a una distancia 1,13 veces la de la Tierra a nuestra estrella. El interés en recoger muestras de este tipo de astros se debe a que son restos de la formación del sistema solar. Además, se considera que este tipo de objetos están compuestos por minerales hidratados y por moléculas orgánicas que fueron las precursoras de la vida en nuestro planeta que pudo haber llegado en meteoritos. Conocer estos objetos en profundidad puede arrojar luz sobre el origen de nuestro mundo y existencia.

Imagen del asteroide Bennu tomada por OSIRIS-Rex 

OSIRIS-REx (Explorador de los Orígenes, la Interpretación Espectral, la Identificación de Recursos y la Seguridad de Regolitos, en sus siglas en inglés) fue enviada en 2016 a Bennu. El objetivo de la misión era cartografiar la superficie del asteroide, tomar una muestra y volver a la Tierra. La sonda llegó en 2018 al asteroide, lo cartografió durante dos años y comprobó que tenía unas condiciones de microgravedad y un terreno accidentado que dificultaban la toma de muestra.

En el artículo de Science que publica los resultados, los autores explican que el interés de recuperar muestras de asteroides carbonáceos como Bennu se debe a que estos asteroides podrían ser el origen de los compuestos orgánicos prebióticos que llegaron a la Tierra como meteoritos. Tomar una muestra de los mismos evita las contaminaciones o modificaciones que puede haber sufrido la materia de estos objetos celestes en contacto con la atmósfera terrestre y las condiciones de nuestro planeta. Al ser vestigios o restos sueltos de la formación del Sistema Solar, hay un buen número de astrónomos en todas partes del mundo estudiando este tipo de astros.

El equipo en Tierra decidió la zona de Nightingale (ruiseñor en inglés), para la maniobra de 'Tocar e irse' con la que la sonda tomaría una muestra, a la par que captaba el proceso con sus cámaras y estudiaba la superficie. La técnica consistía en posar un disco de toma de muestra con su brazo sobre la superficie, disparar gas para levantar regolito y rocas, y recogerla. Todo, en cinco segundos.

Cómo la sonda OSIRIS Rex toma muestras a la vez que mide el polvo desplazado (GIPHY)

La maniobra fue un éxito. De los 50 gramos que se tenía como objetivo recoger, se calcula que Osiris pudo guardar entre 150 y 350 gramos en su depósito de muestras. En el proceso, Osiris provocó un cráter de 9 metros de amplitud. Hoy la nave recorre el viaje de vuelta a la Tierra, a la se calcula que llegará en Septiembre de 2023. Hoy también se publican dos artículos a partir de los datos que aportó a la comunidad científica esta maniobra.

El brazo de toma de muestras coloca la muestra de regolito de asteroide en el depósito para devolverlo a la Tierra (GIPHY)

Con la técnica de 'tocar la superficie e irse', la NASA había planeado que el lugar de muestreo con el brazo robótico se vería afectado por la fuerza con que se posaba sobre la superficie, con el efecto de soplar gas para recoger el material, y por los propulsores de retroceso de la nave.

Brazo de Osiris Rex tomando muestra

“El hecho de que se recogiese más cantidad de la esperada se debe a que el material de la superficie y bajo la misma era mucho menos compacto de lo que esperábamos”, explica el artículo que recoge la investigación publicado en Science y coordinado por la Universidad de Arizona y la NASA.

Área en la que se analizó cómo se movían las partículas para calcular los parámetros físicos del regolito desplazado

La densidad estimada del asteroide es de 1190 kilogramos por metro cúbico. En la superficie y hasta medio metro por debajo de la superficie, se calcula que la densidad era de 500 a 700 kilogramos por metro cúbico, una densidad muy inferior, y que además muestra una superficie poco compacta. En investigaciones anteriores, las observaciones espectroscópicas indicaron que los minerales presentes en la zona en la que se hizo el muestreo estaban compuestas por filosilicatos hidratados, magnetita de óxido de hierro, moléculas orgánicas y carbonatos.

Imágenes antes y después del contacto, al observar cómo se desplazan o han desplazado las partículas, se pueden calcular algunos parámetros como la densidad o tamaño del regolito

“Cuando la nave espacial OSIRIS-REx presionó su mecanismo de recogida de muestras contra la superficie de Bennu, proporcionó una prueba directa de las propiedades físicas poco conocidas cerca de la superficie de asteroides que consisten en fragmentos de roca en reposo en microgravedad”, explica el segundo artículo, publicado en Science Advances y también coordinado por la Universidad de Arizona. En el artículo, los autores explican que en un asteroide pequeño como Bennu, con una baja gravedad, las partículas de la superficie y bajo la misma están sueltas, o apenas cohesionadas. “La baja densidad y la debilidad bajo la superficie más inmediata deben ser propiedades globales de Bennu”, concluye el trabajo.

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